Excmo. Sr. D. Juan Lladró Dolz
Vice Gran Maestre
EDITORIAL
Queridos hermanos de la Real Orden de los Caballeros de Santa María del Puig.
Como cada año celebramos el fin de curso habiendo cumplido nuestros objetivos y deseos que asumimos y que aunque cada vez son más ambiciosos, nos permitimos afrontarlos gracias al impulso y trabajo de nuestro Gran Canciller y querido amigo de todos, Ismael Giménez. No podemos olvidar, que no debemos de acomodarnos, ni dejar de hacer siempre todo lo que esté a nuestro alcance.
Al contrario, debemos seguir trabajando en nuevas actividades pero sin dejar hacer nuestras visitas a santuarios o realizar acciones penitenciarias, como tampoco olvidar los retiros del Olivar.
En definitiva, estar siempre allí donde nuestra labor sea más eficaz, puesto que debemos dar cuentas de nuestras obras, de acuerdo con nuestro compromiso para con la Real Orden y con nosotros mismos.
Somos un grupo de hermanos unidos por un fin, que exige un alto compromiso y que cada cual a su nivel o con su capacidad de entrega, se esfuerza por estar a la altura, en todo aquello que reclame nuestra aportación o presencia. Cada uno sabe lo que ha hecho y lo que aún puede hacer por nuestra Real Orden. Tenemos experiencia, pero el horizonte es grande, el campo inmenso y nuestra limitación también. Por eso, debemos ir pensando en incorporar sangre nueva a nuestras filas, para que no se agote la energía. Hay que abrir los brazos a gente joven que llegue con criterios sanos e inquietudes nuevas.
La ayuda de Santa María del Puig, al igual que a nosotros, nunca les va a faltar. Ella es nuestra inspiración y nuestro camino.
Sea esto una llamada a la esperanza del futuro de nuestra Orden, que cada vez va sumando más reconocimientos a la labor que realiza, prueba de ello son los premios recibidos.